Para cultivar trufas negras, es esencial inocular las raíces de los árboles jóvenes con esporas del hongo. Este proceso se realiza en viveros especializados, donde las condiciones ambientales, como la temperatura y la humedad, se controlan para favorecer el desarrollo del hongo. Una vez plantados en un suelo adecuado, estos árboles pueden tardar entre 5 y 10 años en producir trufas.